Publicado por acuabit el 24/10/2017. Categoría: Higiene Dental, Salud Dental
El tabaco es un enemigo con mayúsculas tanto para dientes y encías, cuyos efectos van más allá de los antiestéticos dientes amarillos o la halitosis. Tras el tabaquismo se halla la periodontitis o pérdida de piezas dentales, así como otras importantes consecuencias que minan la salud bucodental del fumador. En este artículo recogemos los principales daños del tabaco para tu boca, sin olvidar que tras su consumo se encuentra un factor determinante para la aparición de enfermedades pulmonares, respiratorias y cardiovasculares.
El tabaquismo tiene un fuerte impacto en la salud de la boca dado que el humo de los cigarrillos integra cerca de 4.000 componentes tóxicos, mutagénicos y carcinogénicos.
Su actuación hace que los fumadores cuenten con mayor número de bacterias desencadenantes de enfermedades como la periodontitis, además de una disminución de las defensas de la encía que incremente las posibilidades de sufrir una infección periodontal.
Si hay una señal de cómo afecta el tabaco a la salud bucodental, sin duda es el color amarillento que alcanzan los dientes.
Las sustancias que componen el tabaco como son el alquitrán y otros aditivos generan un olor característicos en el aliento que aumenta el problema de la halitosis ocasionado por otras causas. Asimismo, el mal aliento en los fumadores se da por la sequedad e irritación en las mucosas de la boca y las vías respiratorias y digestivas, dada la reducción de oxígeno e higiene.
El fumador siente limitadas sus capacidades olfativas y gustativas. Esta última es especialmente preocupante porque, al tener menos capacidad para percibir los sabores, incremente el uso de la sal en las comidas, afectando a su tensión arterial.
Las encías de un fumador muestran un color más pálido de lo habitual, simulando solo en apariencia que están menos inflamadas cuando en realidad sí lo están. Esto se debe a la disminución del riego sanguíneo de las encías.
Por este motivo, el sangrado de las encías no se manifiesta con la misma incidencia en un fumador que en una persona no fumadora, pero esa particularidad no es indicativo de que su salud bucodental esté bien.
Dado que la encía del fumador se siente más indefensa ante un posible ataque bacteriano, este paciente tendrá más probabilidades de padecer una infección periodontal.
Diversos estudios certifican que los fumadores cuentan con más probabilidades de sufrir una periodontitis, patología que destruye el tejido que soporta los dientes, llegando a la pérdida de las piezas. Asimismo, el tabaco puede generar candidiasis oral, infección por el hongo cándida.
De hecho, los fumadores responden peor a los tratamientos periodontales básicos dadas por los especialistas que cualquier paciente no adicto al tabaco.
Cuando la periodontitis es avanzada, el especialista puede recomendar una cirugía periodontal. Sin embargo, los resultados son menos satisfactorios. Asimismo, al cubrir la raíz expuesta de un diente con injertos de la encía, es difícil predecir los resultados en pacientes fumadores.
Una de las posibles causas está en la dificultad de cicatrización dado el menor nivel de defensas, que puede desencadenar en la aparición de nuevas infecciones.
De igual modo, los especialistas indican que los fumadores cuentan con dos veces más tasa de fracasos en el tratamiento de implantes dentales que los no fumadores.
Con más de 400 constituyentes carcinogénicos, el tabaco aumenta las opciones de padecer un cáncer oral, enfermedad que se agrava más con el consumo de alcohol.
Ante estos riesgos, la decisión de dejar de fumar es una apuesta firme por el bienestar del organismo y la salud bucodental.
Deja un comentario